miércoles, 30 de enero de 2013

LETRA DE "Libertarios y rurales"

LIBERTARIOS Y RURALES (Letra de PADA)


  Pueblo, desde hace veinte años,
tus casas  se encuentran vacías
y muertas tus calles están;
quedan tus campos baldíos,
poblados de abrojos, que crecen sedientos
en esta desolación.
  Pero vendrá el día en que
una nueva gente repreñe tu entraña
y vuelvas a florecer.

(Recitado): El abandono, en algunos casos total,
que muchos pueblos han sufrido  y sufren
por parte de las personas que un día
emigraron hacia las grandes úrbes
-en las cuales, allá por los “60”
anidó la gallina de los “huevos de oro”...-,
sumió -y aun sume hoy-
a muchas poblaciones y campos
en una silente melancolía.

  La cual, da la impresión
de que no solamente proviene de las casas,
de las tierras y de las herramientas abandonadas...,
sino que con la de éstas se reúne la nostalgia
que por ellas tiene más de un ser humano,
que en alguna multitudinaria calle o fábrica
se siente solo y engañado...

  Pero, paradójicamente,
de este ambiente de general desencanto,
va surgiendo un tipo de ser humano
con una mentalidad distinta;
dispuesto a afrontar la aventura de vivir
en un medio en el que sus relaciones
con los demás y con la Naturaleza
ya no se basarán en la competitividad
y producción irracionales...,
sino en la solidaridad,
y en la producción y consumo
de aquello que más favorezca
el óptimo desarrollo integral
de su persona. (Fin de recitado).

  Pueblo, desde hace unos meses,
tus casas y calles están rehabitadas por gente otra vez.
Gentes que traen nueva savia,
cultivan el campo, cultivan el arte,
conviviendo en paz y bien.
Y no se irán a la ciudad
a hacerse más ricos, para darle al hijo
un porvenir de “señor”.

  Ahora en el pueblo cada día es fiesta
sin que lo indique ningún almanaque,
todos  disfrutan mientras que trabajan,
todos aprenden mientras se divierten;
saben cuando hay que laborar la tierra,
saben cuando y cómo plantar un árbol,
hacen teatro y alfarería,
tejen  su ropa e interpretan música.
La mañana viene sonriendo
y la reciben cantando, contentos;
regocijados se van a los campos
a recoger lo que un día sembraron
en esta tierra que a todos acoge
y a todos nutre y a todos alegra,
y a todos da su justa recompensa
que guardarán en la común despensa.
Trabajando están en armonía,
nadie protesta, nadie se escabulle;
y cuando alguno queda rezagado
pronto recibe ayuda del de al lado.
Dichos hombres, dichosas mujeres,
que aun arriesgando incluso vuestras vidas
habéis sabido transformar la historia
Y a vuestros hijos dar feliz memoria.

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