Los años pasan, dejando atrás
daños y olvidos sin remediar.
Fueron tapados con miedo y cal,
haciendo más largo y profundo el mal.
Abril de 1931, julio de
1936.
Cinco años y tres meses solo estuvo
izada en toda España la bandera
roja y gualda... y morada.
Republicana, sin previa guerra.
¡Toda una hazaña, siendo en España!...
Mas las reformas que se emprendieron
nunca tuvieron amplio consenso...
Los anarquistas, salvo excepciones,
solo atendieron a sus razones.
Hubo revueltas y mangoneos
estalinistas y financieros...
Pero el escollo más importante
fueron las clases predominantes.
Y así: los nobles, los
caciques
y lo más reaccionario de la fuerzas armadas,
con la bendición eclesial,
pusieron en marcha
otra Santa Cruzada...
Y si en las urnas no lograron vencer...,
no dejarían de intentarlo con las armas,
con tal de no dejar que la “subversión”
pusiera en jaque otra vez a Dios y a España...
Y se acabó, de golpe...,
la esperanza
que tuvo en la
República
mucha gente en España,
por miembros sediciosos de las fuerzas armadas.
Pero allí donde el
“golpe” fracasó
a sangre y fuego fue la reacción
de la España
de alpargata y jornal
contra quienes suponía detrás
del Glorioso Alzamiento Nacional.
Mas allí donde el “golpe” prosperó
se hicieron misas por la Liberación.. .,
tras la cual presta la
España señorial
ejemplar “depuración” vino a emplear,
como forma de obtener “docilidad”.
Con la ayuda del fascismo
europeo,
sin olvidarnos del favor que gozó de San Pedro...,
Franco ganó la guerra y dictó sin complejos.
Restableció del rico el privilegio
y al pobre puso en su lugar,
bien calladito y quieto,
a algunos en sus casas,
y a otros en cementerios.
Los años pasan, dejando
atrás
daños y olvidos sin remediar;
Fueron tapados con miedo y cal...
Luz y memoria clamando están.
